viernes, 18 de noviembre de 2011

La boca y el gusto

¿Cuántas veces te has relamido al probar el postre que más te gusta? ¿Cuántas veces te han dicho que mastiques despacio? ¿Cuántas veces te han tenido que decir tus profesores que dejes de hablar? Pues bien, todo esto ocurre en la boca. En la boca comienza la digestión, está el sentido del gusto, se articula la palabra y además entra y sale una pequeña parte del aire que respiras.
¿QUÉ HAY DENTRO DE LA BOCA?
La boca está formada por una gran cavidad. Esta cavidad está cerrada por delante por los labios. Detrás de los labios están los dientes, que sirven para masticar los alimentos.
En el suelo de la boca está la lengua. La lengua es un órgano formado por un músculo que tiene una gran movilidad, y que participa en la digestión y en la articulación de la palabra.
El techo de la boca está formado por el paladar. Por delante está el paladar duro y sobre él se apoya la lengua para articular palabras y manipular los alimentos. Más hacia atrás está el paladar blando; esta zona es donde está la campanilla.
Los lados de la cavidad, lo que llamamos “mofletes”, están formados por músculos que nos ayudan a masticar o a soplar.
El fondo de la cavidad bucal se comunica con otra cavidad, la faringe.
La saliva se produce en las glándulas salivares ¿Sabías que una persona mayor produce entre un litro y un litro y medio de saliva cada día? La saliva humedece la boca y ablanda la comida. Las glándulas salivares vierten la saliva en la boca a través de unos conductos muy pequeños.
¿PARA QUÉ UTILIZAMOS LA BOCA?
La boca se utiliza para masticar los alimentos, para percibir los sabores, para hablar y para respirar.
En la boca comienza la digestión. Se realiza la masticación, la salivación y la deglución de los alimentos. En la masticación la comida es triturada por los dientes. La lengua empuja los alimentos contra el paladar duro y los mezcla con la saliva. En la deglución, la lengua empuja los alimentos hacia la faringe; la presión que ejerce cierra las vías respiratorias y los alimentos pasan al esófago.
En la boca está también el sentido del gusto. El gusto nos permite distinguir los sabores.
Los labios, los dientes, el paladar duro y la lengua participan en la importante tarea de articular palabras y sonidos. En la boca se modifican las ondas sonoras que se producen en la laringe para producir los sonidos.
Además de por la nariz, el aire que respiras entra y sale de tu cuerpo también por la boca.
EL SENTIDO DEL GUSTO
Si miras tu lengua delante de un espejo observarás unas pequeñas elevaciones, son las papilas gustativas. En las papilas gustativas está el sentido del gusto. Gracias a este sentido somos capaces de diferenciar los distintos tipos de sabores. Cuando un alimento llega a la boca y se mezcla con la saliva, las papilas envían la información del sabor al cerebro.
Existen cuatro sabores básicos, el dulce, el salado, el agrio y el amargo. En las distintas zonas de la lengua se capta un sabor diferente. Así, en la punta de la lengua están las papilas del sabor dulce y muy cercanas las papilas del sabor salado; en los lados se sitúan las papilas del sabor agrio y en la zona de atrás las del sabor amargo. El sentido del gusto está muy relacionado con el olfato.
¿QUÉ ME PASA EN LA BOCA?
Algunos niños pueden nacer con defectos en la boca que pueden influir sobre el habla. Además, en la boca pueden producirse infecciones. En los dientes pueden aparecer caries. Las caries son la destrucción de una zona del diente por una bacteria que actúa junto con los azúcares de los alimentos.
Las glándulas que producen saliva pueden inflamarse. Las paperas son una inflamación debida a un virus. Hoy existe una vacuna para esta enfermedad que se pone cuando los niños son pequeños.
Una alimentación sana y el cepillado diario de los dientes ayudan a evitar que aparezcan problemas en la boca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario