jueves, 12 de enero de 2012

EL león

Núcleo familiar: Viven en manadas normalmente compuestas de dos a doce hembras, aunque se han visto manadas integradas hasta por veinte hembras. En cada uno de estos grupos hay de uno a siete machos adultos. No todos los adultos viven en estos grupos familiares, muchos machos y hembras viven solitarios.

Área de acción: Cada manada mantiene un área de acción, o territorio, en el cual viven. Esta área la manada la protege de otros leones, sin embargo en ella viven otros depredadores como las hienas, los leopardos y otros. Marcan los límites del territorio con orina; el rugido de los machos también sirve como medio de anunciar su presencia.

El tamaño del territorio depende de la abundancia de alimentación. En algunos lugares apenas es de unos 20 kilómetros cuadrados mientras que en otros puede llegar a ser de hasta 400 kilómetros cuadrados. Dentro del territorio hay zonas donde sólo la manada opera; sin embargo los márgenes es posible que sean comunes entre dos manadas vecinas.

Aquellos leones que no logran integrar una manada, los que tienen que vivir solitarios, no mantienen un territorio. Estos leones, machos y hembras, tienen que conformarse con una vida nómada. Tratan de subsistir en zonas que no son apropiadas por una manada y se trasladan por los márgenes de los territorios con mucha cautela cosa de no ser detectados por algún miembro de la manada. El comportamiento de estos leones es muy errático, nunca se sabe como van a reaccionar en una situación específica.


Reproducción: El león puede criar todo el año. En ciertos lugares se nota un incremento en la reproducción durante ciertos meses, siendo menos frecuente durante el resto del año. Es probable que esta variación dependa de las estaciones del año, o de las temporadas de lluvia y seca. Pero pude ser alterada de acuerdo a las dinámicas internas de la manada.

Normalmente las hembras adultas crían cada dos años, aunque si los cachorros no sobreviven es posible que antes. Tienen de uno a cuatro cachorros en cada parto, algunas veces cinco y hasta seis, de los cuales pocos llegan a los dos años de edad. Los cachorros de toda la manada se crían juntos. Las madres le permiten mamar a otros cachorros de la manada aunque no sean los de ella. El período de gestación es de 92 a 119 días. Empiezan a comer carne a los tres meses. En la naturaleza son adultos de los tres a cuatro años; en cautiverio de los dos a tres años.

Longevidad: Los leones tienen una longevidad de unos quince años en la naturaleza. En cautiverio es posible que lleguen a vivir hasta 25 años, algunos tal vez superando esta edad.

Dinámicas en la manada: Los machos dominantes espantan a los machos jóvenes del territorio de la manada según éstos se aproximan a ser adultos, a los tres años. Algunos de estos desterrados forman grupos con otros machos jóvenes de la misma manada y eventualmente retan y logran obtener dominio de otra manada. También es posible que un macho solitario se asocie con otro macho en condiciones semejantes (no tienen que estar emparentados) y el dúo logre obtener dominio sobre una manada de hembras. Otros individuos tienen que conformarse con vivir solitarios, vagando por el mundo.

Usualmente cuando sucede un cambio de machos en una manada el nuevo monarca (puede ser un solo león el nuevo macho dominante o una asociación de dos a siete machos) mata a los cachorros que no logran huir. Tal parece que esta acción no es del agrado de todas las madres y se han dado los casos donde algunas hembras ayudan al padre de los cachorros. De esta forma las leonas pronto se vuelven receptivas a criar y los genes del nuevo león (dado el caso que el, o los, retador sea victorioso) son trasmitidos en la nueva familia.

A las hembras se les permite quedarse en la manada, a no ser que ya sean muchas las integrantes del grupo. Las desterradas no son admitidas por ninguna otra manada, aunque si son dos o más tal vez logren crear su propia manada. Usualmente aquellas que son expulsadas de su familia natal terminan viviendo una vida solitaria y corta, aunque en la naturaleza todo puede suceder.

Alimentación: La mayor parte de la alimentación consiste de mamíferos grandes; cebras, búfalos, antílopes, etc. Aunque también atrapa mamíferos pequeños, aves y reptiles cuando la oportunidad se presenta. No es un animal carroñero. Comúnmente solo come carne fresca; algo que haya matado o logre quitarle a otro depredador. No se especializa (en realidad no indica tener interés particular) en buscar animales en desventaja como viejos, enfermos o recién nacidos a no ser que el propio león se encuentre en desventaja. Por supuesto, cuando el hambre aprieta o la suerte ayuda, cualquier cosa puede suceder.

Cacería: Los leones son más activos durante la noche; es durante estas horas que la mayor parte de las cacerías suceden. Durante las horas de luz también efectúan algunas persecuciones (siempre y cuando la ocasión lo permita), estas son las que usualmente se logran documentar. Pero el mundo nocturno en las praderas africanas es sumamente activo.

Los sentidos mayormente empleados en la cacería son la vista con ayuda del oído. No aparenta depender del olfato ya que ataca tanto a favor como en contra del viento, error que no cometería un canino y por el cual el león paga un precio. Los estudios que se han hecho indican que en general las leonas (son las que cazan la mayor parte de las veces) logran su acometido cada uno de cuatro intentos; un 25%.

Aquellos que viven en manadas cazan en grupos, una o dos hembras se acercan escondidas a la presa mientras que las otras leonas esperan pacientemente ocultas en lugares estratégicos formando un perímetro alrededor del animal que designen acechar. Una vez que las hembras que van a iniciar la persecución están cerca de la propuesta presa, se lanzan sobre ella. Muchas veces ahí termina la operación. Pero si la víctima logra escapar, aquellas que esperan ocultas integran la cacería frescas saliéndole al paso al animal que huye.

Los machos usualmente esperan a que las leonas ya hayan terminado el trabajo para presentarse en el lugar de los hechos y ser los primeros en comer. El orden de comer es basado en quien es más fuerte. Ya sabemos que los machos son los primeros, después comen las leonas adultas y si sobra algo, entonces los cachorros logran sobrevivir. Muchos jóvenes, antes de los dos años de edad, mueren de hambre.

Cuando en vez de un grupo de leonas es una pareja solitaria, el león sí toma parte en la acción. Entonces la leona, aunque le ponga todo su cuerpo y alma a sus intentos y corra a toda su velocidad, llega cuando ya el león ha degollado o asfixiado la presa. Porque cuando el hambre aprieta, las leonas son temibles, pero los leones son terribles.

Leones comedores de hombres: Los leones son capaces de matar personas. Algunos adoptan estos hábitos en tiempos de escasez, o cuando son viejos o están enfermos, o cuando las personas invaden el territorio. Una vez que un león, o cualquier otro carnívoro grande, establecen esta costumbre, usualmente con su primer logro, se convierte en una verdadera amenaza porque sólo trata de comer personas. Los seres humanos somos muy lentos (en la persecución, los leones logran alcanzar una velocidad de 58 kilómetros por hora) y nuestra fortaleza no se compara con la de estos animales. Por tanto somos presa bien fácil de atrapar.


Enemigos naturales: Las hienas atacan a aquellos leones que caen heridos, enfermos o viejos. También tratan de atacar a las hembras y los cachorros. Cuando es una hembra sola en contra de una manada de hienas, por lo general la leona pierde. Con el león saludable la historia es diferente, perdiendo la vida una o varias de las hienas que no huyan. También es constante el robo de comida entre las hienas y los leones. En algunos lugares las hienas son una molestia permanente. En otras partes los leones se dedican a robarle la comida usando su fuerza como ventaja y evitándose ellos el tener que cazar. Usualmente el león no se come a la hiena. Si se diera el caso que tenga que matarla sería más bien por protección a las hembras y cachorros. Pero la hiena sí se come a los leones cada vez que logra matar uno o encuentra el cadáver de uno.

Los búfalos también son enemigos mortales de los leones. Cuando sus números les favorecen proceden sobre la manada de leones, terminando los cachorros jóvenes pisoteados. Muy interesante de los búfalos es que acuden en ayuda de los de su propia especie cuando un individuo es atacado por los leones. Claro, cuando un búfalo se encuentra sólo y medio entretenido, son las leonas las que acaban con él.

Claro, siempre hay algún león descabezado que se le ocurre agredir a un elefante, sin pensar que el gigante de una patada le puede fracturar las costillas. O aquel que se cree que los rinocerontes son de temperamento dócil. Los colmillos, que son peores que navajas, de los cerdos salvajes le pueden abrir el vientre a un león, o cualquier otros depredador, como nosotros cortar una hoja de papel con una tijera afilada. Aun el cuerno de un antílope puede infligir una herida que le cause al agresor una seria desventaja. Recuerde que en el ámbito que estas fieras se desenvuelven, donde no existe perdón ni tregua ni de día ni de noche, un arañazo en una pata que no le permita emplearla en toda su fortaleza puede ser mortal. Pero eso no califica a estos animales como enemigos ya que son reacciones a la agresión del propio león.

¡ Sólo a un león se le ocurre !

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